COCTELES
Y TRAGOS DE LA NOCHE DE LA SALSA
Para que sepas lo que te gusta… ¡Qué bueno que
es un cóctel!
Cuando se pone en manos
de alguien un recetario de cócteles criollos, no hay tiempo
para leer más que la fórmula que nos entusiasma; lo
otro es pasar de la teoría a la práctica: preparar
un cóctel según lo que se tenga en casa o según
la ansiedad del lector. Este mundo de los luminosos alcoholes es
muy temperamental, muy diverso y psicológicamente, muy complicado.
El ron cubano es un tiro en el blanco, como lo es la música
salsa. Así lo dice su prestigio mundial Yo creo que un cóctel
es un estimulante de la cordialidad humana, siempre que se “aprenda
a tomar”, como hay que aprender a comer y vestirse de manera
correcta. Es una variante de la educación y hasta de la cultura.
Los países civilizados se identifican por sus cocinas y bebidas,
entendidas como modos de disfrutar la vida en sociedad, y nunca
con excesos o como vicios. Hasta el enamorado empalagoso es insoportable.
Con esta tarjeta de presentación, les brindo algunos capítulos
explicativos de cócteles muy conocidos que serán útiles
para recibir amigos, festejar o trabajar.
Cóctel es una palabra complicada, una voz fonética
de “cocktail” que significa cola de gallo. Hay cien
versiones de dónde nació el cóctel y por qué
ganó ese nombre que nosotros castellanizamos oyéndolo
del idioma inglés. Y, específicamente en Cuba, tenemos
algunos que han ganado visa en el mundo entero: el daiquirí,
el mojito, la mulata…
Alguien dijo “Cuba es la casa del cóctel daiquirí.
Un cóctel daiquirí sabe mejor en La Habana”.
Hoy, se vende falsificado en botellas fuera de Cuba. Pero los que
saben pedir lo piden con el verdadero ron cubano.
¿Cuántos años hace que se consumen cócteles?
Por los años 60 y 70 del siglo XIX los cubanos ya consumían
la ginebra, el ron, el coñac y el vermut acompañados,
o sea, mezclados con agua y azúcar. A lo largo de los años,
muchos turistas de todas las nacionalidades han descubierto en La
Habana que sus ideas con respecto a la confección de cócteles
eran muy limitadas, en otras palabras, aprendieron de coctelería.
¿En qué lugar de salsa no se prepara un mojito?
Pero cuidado, hagámoslo bien, cuidemos esa bella cultura.
Démosle la importancia y tiempo que requiere hacer un buen
cóctel. Piensen que un buen sitio salsero debe tener buena
música, buenos bailadores, buena ambientación, calor,
decoración y por qué no, buena coctelería,
aunque no sea muy amplia, pero lo que logres tener debe ser bueno.
Si nos tenemos que montar un bar casero según nuestras posibilidades,
de entrada, hágase de una botella de cada tipo de ron: añejo
y carta blanca, también carta de oro con un buen tono color
caramelo ganado en los barriles de roble y en los laboratorios.
Las otras bebidas, según sus pretensiones: angostura, marrasquino,
etc. Un buen cacharro con azúcar blanca, limones, yerbabuena
(menta)… botellitas de soda, cola, ginger, etc. Un abridor
de botellas, un machacador (mortero), una cucharita de mango largo
para revolver y una coctelera para mezclar… y si usted tiene
dinero, pues cómprese una batidora eléctrica que no
se arrepentirá.
Haga de cada degustación un acto social, un rato cordial,
un motivo de charla amistosa, o en familia. El cóctel debe
ser un tónico y un estimulante, siempre una alegría
que se vive con salud.
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