YO SOY LATINO!

¡Yo soy latino!… A veces nosotros los que procedemos de países latinoamericanos, o por excelencia de todo aquel emigrante que vive lejos de su tierra, es más nacionalista y patriota que en el momento histórico que residía en su país. Esto es lógico, pues salta un mecanismo de nostalgia y orgullo, por lo de uno, pues evidentemente no lo tienes cerca.
Es bonito sentirse orgulloso, y por eso sentimos más todas aquellas cosas de nuestra tierra, como la música, el baile, la comida y también porque no, el habla, las palabras típicas, la manera de relacionarse con las demás personas, el sexo… pero remitámonos al baile y la música.
A veces, nosotros los latinos no nos damos cuenta, que donde vivimos en Catalunya, o sea en un país, la cual la música es importada, al igual que nosotros. Por esta razón es un doble mérito y a la vez es bonito, que a personas criadas con otro estilo de música, le guste, asimilen, asientan y bailen la música latina.
¿Se han preguntado alguna vez, cuanto esfuerzo han puesto algunos catalanes, en aprender a bailar salsa? ¿y cuánto dinero se han gastado en clases de baile, y que al mismo tiempo ese dinero, ha servido para que un latino ayude a su familia? Es decir: Estamos hablando de un fenómeno, que yo denominaría “socioculturaldancísticolatinobarcelonés”. Señores Latinos y Señores Catalanes, la salsa nos ha unido en un mismo espacio común: Miren lo bien que baila un catalán, y recuerden que para él, ha sido un doble esfuerzo: 1. Descubrir la salsa, 2. Entenderlo, 3. Sentirlo, y 4. Bailarlo y también porque no… colgarse.
Es importante, algo que quizás muchas personas pasan por alto, y creo que no deberíamos, y es recordar lo bonito que fue el comienzo de ese viaje en la salsa, el dónde, el cómo, y lo difícil que en algunos momentos nos resultó, llegar al día de hoy. Muchos Catalanes me intentan explicar, como llegaron a introducirse en el mundo de la salsa, y no encuentran palabras para explicar la emoción, que sintieron al aprender a bailar y relacionarse con personas de otras culturas.
Así que por favor, STOP, nos pasamos la vida criticando a esas grandes naciones, que hacen discriminaciones de razas y de clases sociales y a veces ocurre que en pequeñas ciudades como la nuestra, e incluso en la salsoteca que frecuentamos, aparece el “Yo mejor y tú peor”… “El yo latino y tú no”… “los catalanes mejor que los latinos”… ¡AY DIOS MIO! Recuerden que sólo hay un Dios, y sólo hay una salsa.